Regadíos del Bajo Gállego
Los regadíos del Gállego se concentran fundamentalmente en su curso bajo, pues en sus tramos alto y medio o carecen de importancia superficial o se localizan en arroyos, manantiales y afluentes del propio Gállego, como el Astón, Sotón y Riel.
Las acequias que componen el "sistema" bajo Gálego son cuatro: Acequia de Camarera, del Urdán, Candevanía y del Rabal, las dos primeras discurren por la margen izquierda del Gállego y las dos últimas por su margen derecha.
Estas acequias tienen su origen en los siglos XII y XIII. El Establecimiento de Camarera fue fundado en el año 1.263 por un camarero del Rey, para el riego de tierras comprendidas en el término de San Mateo de Gállego. Posteriormente se agregan otros municipios como Zuera y Peñaflor, momento en que se constituyó la Junta de la Acequia, y mas tarde, en 1.406, Villamayor y los Herederos del Término de Mamblas.
Esta estructura se mantendrá hasta 1.787 cuando el Capítulo general de Mamblas solicita del Rey Carlos IV el nombramiento de un Juez Protector que asuma la construcción de un nuevo azud y la dirección de la acequia. La petición fue atendida y en 1.788 se nombra a D. Sancho de Llanos, oidor de la Real Audiencia, para tal cometido.
Realizados los estudios, el nuevo proyecto de azud fue aprobado en el mismo año de 1.788, iniciándose las obras en 1.789 y terminándose en 1.790.
La Acequia permanecerá bajo la tutela del Juez Protector hasta que en 1.821 se solicitó y obtuvo su cese, en lo referente al gobierno y dirección del Establecimiento, si bien mantendrá sus funciones en lo relativo a los aspectos jurisdiccionales. Esta nueva formula de gobierno hizo necesario el establecimiento de unas ordenanzas que contemplasen la nueva distribución de atribuciones, Ordenanzas que fueron aprobadas en 1.831 y que, con algunas modificaciones, vienen rigiendo desde aquella fecha.
La historia de las otras acequias es de alguna manera "paralela" a la del Establecimiento de Camarera, y esta repleta de medidas de arbitrio, concordias, convenios especiales entre municipios, etc.
Al igual que en otras zonas de riego de la cuenca del Ebro, la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del XX viene marcada por una clara apetencia de los agricultores por las obras de regulación, a fin de disponer de agua en los periodos de escasez o sequía y garantizar de este modo sus cosechas.
Actuaciones Previstas en el Gallego
El Plan Hidrológico del Ebro prevé la mejora y modernización de los regadíos del bajo Gállego mediante el revestimiento de las acequias, la modulación de tomas, la adecuación de los barrancos de descarga en el Establecimiento de Camarera y la construcción de un embalse de regulación interna.